Siempre que comento que me gusta mucho el disco de Juan Antonio Canta alguien responde entre esputos: Eseeseldeunlimónymediolimón ¿no? ¿Te gusta eso? A lo que yo suelo responder retirándole la palabra, la amistad y, en ocasiones, la vida.
Supongo que la mayoría se acuerda de él, un tipo de gafas y gesto serio que se hizo tremendamente popular por aparecer en Esta noche cruzamos el Mississipi, al auspicio del gran mecenas de la época: Pepe Navarro. La cuestión es que, aparte de recomentar el maravilloso disco del que hablaba antes (Las increíbles aventuras de Juan Antonio Canta), hay días en que algunas de sus canciones deben sonar con toda la fuerza que se merecen.
Gracias por recuperar esta maravilla en un momento tan oportuno. He tenido la canción rondando por la cabeza durante todo el fin de semana, pero era incapaz de pasar de la segunda estrofa… la memoria se me iba a lo de “Fermín Cacho, parece buen muchacho”. El pobre Severiano era tan discreto que, a pesar de ser una estrella mundial, siempre aparecía alguien para robarle el protagonismo.
Y a quienes tengan prejuicios contra el disco de Juan Antonio Canta, que les den. Allá ellos, no saben lo que se pierden.
No había reparado en la acertada reflexión sobre el segundo plano de Severiano, interesante. Y como siempre, Juan Antonio Canta yendo dos kilómetros por delante del resto. ¡Qué tío!
Un día, no muy lejano, dedicaremos un post por aquí sobre ese maravilloso disco.