Encontrábame viendo la tele hace no mucho tiempo y, por si esta arriesgada afirmación no fuera suficiente, confieso que estaba disfrutando en el canal Nova (o quizá era Neox) con las tropelías de Manolo y Benito, en un capítulo de aquel producto genial llamado Manos a la obra. Fue en el momento en el que Benito hablaba sobre la introducción del gotelé en España cuando la emisión se interrumpió para dar paso a los anuncios. Un corte abrupto, de esos que gusta perpetrar a Antena 3. Sin embargo, por algún motivo que aún desconozco, no seguí buceando entre los millones de canales que nos ofrece nuestra querida TDT. Y ahora me gustaría hacer un inciso tan abrupto como el corte publicitario de Antena 3 para decir lo siguiente: Me resulta muy curioso que la mayoría de la población hable de “el TDT” cuando hablan de un aparato de reproducción sobre “la TDT”.
La cuestión es que hubo en el corte publicitario dos cosas que llamaron poderosamente mi atención. En primer lugar: todos los anuncios era sobre juguetes, como si de época navideña se tratase. Ciertamente pudo deberse a la cercanía del fin de curso escolar y a que muchos niños estarían esperando su ansiado regalo por buena conducta académica. Así que no le di más importancia.
Pero hete aquí que llegamos al segundo asunto, sin duda el más importante y la excusa para escribir todas las tonterías anteriores. Uno de los spots emitidos fue este:
Y tiene secuela:
donde está lo subliiminal, ¿podias ser más concreto?
son perros que estornudan no?….