Ricardo López Toledo La paz mundial

Se desconoce por completo el lugar y el año de nacimiento de Ricardo López Toledo. Algunos especialistas apuntan a que hay indicios de sus primeros trabajos durante las Guerras de Yugoslavia, pero esto no son más que conjeturas basadas en las palabras de Slobodan Milosevic en 1951, cuando solo contaba con 10 años: “mamá, ¿quién es ese tipo de ahí?”. También posee una excelente visión comercial para los negocios online, aunque nunca le ha gustado lucrarse con ello: fundó IMDB y Google. Por lo demás se le suele ver por el inframundo, rodeado de serpientes venenosas y alguna que otra porción de pizza.

Crónica del concierto de Paramore: Todas quieren ser Hayley Williams


Foto extraída del foro de paramore.es

El reloj marcaba las 19.30 cuando La paz mundial, en las figuras de Luzzo Gómez y Ricardo López Toledo, autores de este artículo, se aproximaban a la plaza de toros de Vista Alegre, enclave de unos de los acontecimientos más destacados de lo que llevamos de año: primer concierto de Paramore en España.

Al  doblar la última esquina observamos  a las primeras personas de la cola, chicos y chicas que llevaban acampados desde el jueves anterior y que esperaban con ilusión a la apertura de puertas. Ya desde la lejanía, y entre todas las cabelleras teñidas en la gama cromática del rojo y el naranja, que eran legión, reparamos en la que más se acercaba al color exacto de la cantante del grupo según la guía Pantone. Su portadora era una chica ataviada con una media de cada color. La acompañaba un nutrido grupo de amigos entre los cuales destacaba un chico menudo con una camiseta que rezaba “I Partied with Charlie Sheen”.

Y he aquí donde comienza un extraño caos organizativo que no acabamos de comprender. La cola, muy poblada, estaba dividida en sectores, en los que metían a los sufridos fans como si se trataran de ganado. Los miembros de seguridad, de muy malos modos, intentaban organizar lo que ellos mismos habían desorganizado, para que al final muchas de las personas que llevaban días pernoctando en el lugar no pudieran ni colocarse en los mejores lugares de la plaza de toros. Debemos reconocer, con cierto desagrado, que nos colamos aprovechando esta situación. Somos unos sabuesos difíciles de domar y necesitábamos contar todo de primera mano, especialmente porque no teníamos acreditación. Pedimos perdón desde aquí a quien se sienta ofendido por nuestra maléfica actitud y nos hacemos la siguiente pregunta: ¿Tan difícil es organizar bien una cola?

Mención aparte para los jóvenes que tuvieron el privilegio de acceder al codiciado Meet & Greet, donde pudieron conocer personalmente a los miembros de la banda.

Pero lo que hasta ese momento parecía el mejor día de sus cortas vidas se tornó en pesadilla cuando un malhumorado miembro de la organización tomó la discutible decisión de “invitarles” a abandonar la plaza hasta la apertura de puertas definitiva. En esas los encontramos cariacontecidos y resignados a su destino. Una chica, muy guapa por cierto, visiblemente indignada, nos aclaró que en todos los demás conciertos de la gira la práctica habitual era dejarlos dentro para ocupar las primeras filas.

Una vez en el interior tomamos posiciones estratégicas: concretamente frente al micrófono central y no muy lejos de la valla que delimita el escenario del público. Pronto aparecieron, para abrir boca, los chicos de Day of Rising, que sufrieron el síndrome del telonero: un sonido deficiente pero muchas ganas y buen hacer. Se llevaron nuestro aprobado y nuestro cariño, pues parecían buenos tipos y porque una de las camisetas que vendían, en la que destacaba la frase “Who the fuck are Day of Rising?”, era la mejor de entre el pobre merchandising que pudimos ver en el puesto habilitado a la entrada del recinto.

Y hete aquí que comienza el nerviosismo. Los técnicos y los pipas comienzan a poner a punto el escenario para el gran momento de la noche. Nos sorprenden unas lonas compuestas por calaveras vomitando flores que adornan parte del escenario y esperamos un tiempo prudencial a que todo esté listo. El ambiente era cada vez más tenso. Chicos y chicas, en su mayoría bastante jóvenes, aguardaban la salida al escenario de sus ídolos. Siete años de espera estaban a punto de concluir.

Y llega el momento en el que se produce la magia. Las luces se apagan y todos los miembros del grupo, menos Hayley, saltan al escenario.  Comienza la intro, la habitual en las últimas giras, una especie de música de suspense que se va animando por momentos. De repente, en mitad de la canción, la chica del pelo anaranjado entraba en escena, provocando una sonora ovación por parte del respetable. A nadie se le escapa que algún miembro de La Paz Mundial ya ha declarado públicamente su amor a Hayley Williams, pero lo que pudimos ver sobre el escenario la hora y media siguiente fue algo espectacular. (El vídeo es del concierto de Lisboa)

La chica de Tenesse tiene una presencia magnética. Una de esas personas que llenan por sí sola un escenario y a la que no puedes dejar de mirar. Cada movimiento era perfecto, cada mirada un puñal, cada sonrisa un regalo para el espectador entregado. Pero no se trata de un asunto de atracción física. Es algo más, ese brillo que solo tienen los grandes. No en vano, pasadas varias canciones del show caímos en la cuenta de que apenas habíamos reparado en el resto de integrantes. Creánme los que no estuvieron: era muy difícil hacerlo.

No paró de hacer guiños al respetable. Pidió perdón en varias ocasiones por no haber venido antes, chapurreó algunas frases en español y se mostró alegre y jovial. Se nota que la chica disfruta en el escenario como una adolescente comprando el nuevo y maravilloso bolso de Stradivarious, y puede ser ahí donde radica su fuerza. Hayley Williams no es esa diosa inalcanzable a la que solo podemos ver en la portada de las revistas, más bien se trata de la compañera de instituto de la que siempre estuvimos enamorados. Igualmente inalcanzable, pero que por lo menos te sonreía y te hablaba de sus grupos favoritos. Es fácil pues entender su éxito mundial: todos nosotros en el fondo la amamos, y para ellas no es difícil identificarse con una chica de 20 y pocos que alcanza un éxito rotundo gracias, únicamente, a su talento.

Hayley Williams fue la reina de la noche. La reina de nuestra comida previa fue la "berenjena al estilo Sichuan".

En lo puramente musical, y obviando los problemas acústicos habituales de El Palacio de Vista Alegre,  vivimos un espectáculo que rebasó todas nuestras expectativas. A pesar de lo previsible del set list para los que seguimos la actualidad de su repertorio, es innegable la entrega que ofrecieron en el escenario y la calidad de la propuesta musical que desplegaron. Una vez más es de obligada mención, sin desmerecer al hiperactivo Jeremy Davis y al enamorado confeso de España Taylor York, la portentosa habilidad vocal de la que hace gala Williams. Ya sean canciones lentas (Misguided Ghosts), rápidas (Crushcrushcrush), de difícil ejecución (Decode) o recién salidas del horno (Monster), que nunca falla.

La recta final se encaró con la poderosa Brick by Boring Brick, las piruetas, ya habituales, de Jeremy Davis en la clásica Pressure, la espectacular pirotecnia en las últimas notas de la preciosa The only exception y el broche se puso con el himno Misery Business, en el que, para no fallar a la tradición, Hayley escogió personalmente a dos seguidores para que subieran al escenario en representación del entusiasmado respetable. Es ahí cuando nos llevamos la última sorpresa de la noche. Ante nuestro asombro reconocemos entre los escogidos a la chica de las medias bicolor y a su pizpireto amigo, con la camiseta homenaje a Charlie Sheen ya empapada en sudor. Este último, presa de la lógica emoción del momento, declinó la propuesta de cantar junto a su diosa, y se dedicó por completo a disfrutar del momento. Recogió el testigo, en forma de micrófono amarillo, su amiga, que interpretó los últimos versos de la canción más que dignamente. Durante los últimos acordes fueron disparadas cantidades ingentes de confeti del mismo color de las cabelleras sobre las que se depositaba tras un parsimonioso vuelo.

Aún en estado de shock nos retiramos arrastrando los pies. Fue un buen concierto, pensamos. Pero fue mucho mejor estar ante una presencia mesiánica, como es la de Hayley Williams, que no se cansó de repetir que, una vez visitada España, ya formábamos parte de su familia. Así que ahora más que nunca WE ARE PARAMORE.

12 respuestas a “Crónica del concierto de Paramore: Todas quieren ser Hayley Williams”

  1. Rafaugm02 dice:

    Más videos del concierto

  2. dice:

    Por favor hahahaah me encantas…!

    He leído tu primer post con relación a Paramore y el actual y he de decir que eres alucinante, al parecer sientes lo mismo que yo por Hayley con la diferencia que yo soy tía y tu tío y quizás para algunos, mi caso es mas raro hahahaMe gustaría hablar contigo de nuestra pequeña dulce y cuca pero terriblemente sexy enana anaranjada…Sí, porque he decidido compartirtela e..e contigo haré la excepción (=
    Sin mas me encanta tu crónica ^^ 
    Y un placer encontrar a alguien que ame de igual forma que yo a esa explosiva pequeña gigante anaranjada… *O* 

  3. […] La Paz Mundial Escrito por Jess en Paramore, Prensa | 7 – Comenta esta noticia! […]

  4. dice:

    eh putos es mia 

  5. Paulina Meneses dice:

    Bonita su columna alcabrone…. un abrazo Chile.
    Continuaré siguiendo este reducto maravilloso que me ha confiado Luzzo…

    … saludos y god save paramore…

    • Paulina Meneses dice:

      by the way…. soy la porser xD joajaojaoa

      • dice:

        ¡Hola! Sabía que era usted incluso antes de leer el segundo mensaje, ya sabía que había sido informada de esto… pero que conste que el 50% de este artículo es del señor Luzzo. 

        De todas formas, se me hace raro verla escribiendo en negro. 

  6. alexandra pino dice:

    olap.paramore solo les queria decir q los amo un resto y q ocupan la mitad de mi corazon…Tambien les queria decir que cuando van a dar un concierto en POPAYAN la ciudad blanca de COLOMBIA…att:alexiitha piino!!

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