Si fuera una persona responsable y disciplinada ahora mismo estaría acometiendo otro trabajo. Una tarea realmente importante que tengo pendiente desde hace días… Pero soy un maldito esclavo de la Procrastinación. Ella y sólo Ella moldea mi voluntad de blandiblup con férreo cincel de punta de diamante. Y aquí me tiene, escribiendo sobre un libro que leí hace apenas dos días por el mismo motivo que ahora: huir de lo verdaderamente importante.
Estoy seguro de que Guy Grand, el multimillonario protagonista de “El cristiano mágico”, jamás tendría este tipo de problema. Guy Grand es un rico, riquísimo hombre de negocios que dedica gran parte de su tiempo a dilapidar su fortuna en lo que el llama “calentar al personal”. Es decir, nuestro protagonista es un “supertroll” de los analógicos finales de los cincuenta que disfruta haciendo bromas de dudoso gusto y tocando las pelotas a la gente en general. El tipo de persona que seguramente sería admirado en La Paz Mundial.
Su noble pasatiempo le lleva a emprender todo tipo de apasionantes proyectos. Uno de mis favoritos es cuando decide comprar un cine para hacer todo tipo de tropelías. Por ejemplo, programar un rompetaquillas americano que le asegure la venta de todas las butacas, para después cerrar las puertas y obligar a los ilusionados espectadores a ver una tediosa película extranjera en su lugar. Otras veces sus diabluras son más sutiles. Por ejemplo, filmar nuevas tomas de su propia creación e insertarlas en medio de las películas para cambiarles el sentido y desconcertar al público. Algo así como lo que hacen algunas distribuidoras con sus traducciones de títulos al español pero llevándolo a un nuevo nivel.
Y es que el autor del libro, Terry Southern, es un hombre de cine. Un guionista, que además de trabajar en alguna temporada de SaturdayNightLive, participó en películas del calibre de “Teléfono Rojo, volamos hacia Moscú”, “Barbarella”, “EasyRider”, “El coleccionista” o la propia “El cristiano mágico” que fue llevada al cine en 1969. Una peli que confieso que no sabía que existía hasta hace unos días, y realmente es extraño que no sea más conocida contando con el mismísimo Peter Sellers en las carnes de Guy Grand y Ringo Starr haciendo de su hijo (un personaje que se sacaron de la manga para la adaptación cinematográfica). Algo raro tuvo que pasar para que no tuviera más trascendencia… Muy mala o muy buena tiene que ser.
Pero es que incluso el hecho de que el nombre de Terry Southern no sea más conocido es sospechoso (o quizás no?)… No hay más que entrar en su entrada de wikipedia para descubrir un sinfín de datos increíbles sobre su vida. Si nos fiamos de lo que allí pone incluso el propio Tom Wolfe le atribuye la paternidad del Nuevo Periodismo. Southern está en un montón de producciones y hechos importantes, pero siempre en medio de más gente. Se habla de su contacto con nombres de la talla de Cocteau, Genet, Burroughs, Kerouac, Norman Mailer… De su gran afición por la fiesta y el alcohol. Por sus compañías y hábitos, todo parece indicar que Southern era uno de esos “vivalavirgen” cuyas habilidades para las relaciones sociales y la diversión desenfrenada estaban muy por encima de su talento para la propia literatura.
En su momento quizás estuvo en la cresta de la ola gracias a parasitar los círculos en los que se movía, pero su obra no logró pasar tan bien el paso del tiempo como las de sus célebres compañeros de fiesta. Pues, siendo ahora sinceros, “El cristiano mágico”, pese a ser entretenido y tener unas cuantas ocurrencias divertidas está lejos de ser una gran obra.
Muy lejos de antecedentes tan sospechosamente parecidos como “Gog” y “El libro negro” de Giovanni Papini. Dos magníficos libros donde otro excéntrico multimillonario llamado Gog también se dedica a gastar su fortuna en todo tipo de caprichosos y excentricidades nihilistas. Desde bañarse en dinero al más puro estilo Tío Gilito hasta comprar una manzana en pleno centro de Nueva York, destruir todos los edificios, y crear una selva virgen amurallada para su uso exclusivo.
Y tras leer este tipo de libros es cuando uno es cuando piensa que quizás el dinero sí que pueda dar la felicidad. Al menos ayudar a hacer todo tipo de locuras y caprichos que se te puedan pasar por la cabeza. Pero realmente no es tan fácil. Hay un montón de cosas locas y divertidas ahí fuera para hacer ahora mismo al alcance de cualquier bolsillo, incluso gratis. Pero la mano invisible de un ángel exterminador nos impide salir de nuestro cascarón y llevarlas a cabo. La pereza, la procrastinación y el sentido común nos mantienen moribundos entre las fauces de las rutinas más estandarizadas.
Por eso, creo que si hay algo que envidiar a Gog o Guy Grand no es su dinero, sino su voluntad de acero para zafarse de las garras de ese maldito demonio invisible (quizás el destino?)y así embarcarse en las ideas más locas e inauditas hasta lograr llevarlas a cabo contra todo “sentido común”.
Y ahora, antes de acometer esa verdaderamente importante tarea que me espera, creo que será mejor pegarme una buena comida para coger fuerzas.
Vendo el mio, esta nuevo.
Solo 9.99€
http://www.amazon.es/gp/offer-listing/8415130392/ref=dp_olp_new/276-2838882-0941468?ie=UTF8&condition=new