Don Manuel Fraga Iribarne, natural de la localidad lucense de Villalba, falleció hace poco más de una semana en su domicilio de Madrid. Seguramente se encontraba arropado por su familia que, viendo venir el fatal desenlace desde algún tiempo antes, se abrazaba entre lloros recordando la figura (y qué figura) del finado.
Ahora les pido un ejercicio de abstracción. Figúrense ustedes que la cámara se aleja, la imagen se pixela un poco y que don Manuel se levanta de su lecho con la energía del más bravo de los guerreros. Y no es parco en demostrar cariño: Da un beso a un retrato de su esposa, otro en la frente al más bigardo de sus retoños para, finalmente, dejar la estancia dando un portazo con un fundido a negro. Lo siguiente que vemos es como la cámara, en un plano secuencia espectacular, se introduce en una cueva perdida en medio de unas montañas. El lugar está oscuro, pero de repente una llama ilumina el espacio: un musculoso Santiago Carrillo sostiene una antorcha y su rostro, pintado con trazos rojos y amarillos, ofrece una desafiante mirada a la cámara para dar paso a un grito aterrador de infinitos decibelios.
Una vez terminada la introducción accedemos al menú principal, donde podemos seleccionar las opciones “Iniciar partida”, “cargar partida”, “opciones”, donde podemos ajustar la resolución gráfica que mejor se adapte a las características de nuestro equipo y “salir”. Cliqueamos en el primer botón que nombramos y ARRANCA LA AVENTURA.
Lo fundamental ahora es la elección del personaje, que en este caso podemos escoger entre dos opciones: Don Manuel y don Santiago. Evidentemente, como en toda buena historia que se precie, la acción variará radicalmente en función de si seleccionamos un personaje u otro. Veamos primero que pasaría si escogiéramos la opción del patriota don Manuel.
España se ha convertido en un viva la vida. La gente campa a sus anchas por las ciudades y el caos reina en cada esquina. La anarquía se ha impuesto en el día a día y no hay un alma que se atreva a poner el orden y la decencia que requiera la patria. No hay policía, nadie controla a nadie y todas las prisiones están vacías con la excepción de una, en la que habita un único preso: Don Manuel Fraga. Ahí comienza nuestra travesía, con un primer nivel introductorio en el que tenemos que escapar del lugar, casi como si se tratara de un título de plataformas. Es esa dualidad, precisamente, entre Prince of Persia y Fallout, lo que dota de un dinamismo especial al desarrollo de la historia y que consigue que, por más horas que le dediquemos, siempre encontraremos infinitos oasis de diversión.
Nuestra misión, claro está, será conseguir que España vuelva a recuperar la dignidad de la que otrora hizo gala, y en la que nunca se ponía el sol. En el camino nos veremos obligados a enfrentarnos a viejos fantasmas (literalmente) como Julián Grimau, un grupo de mujeres calvas o Enrique Ruano. No será fácil, pero ¿quién dijo que la política lo era?

Perdón por el spoiler, pero en esta pantalla de muerte se manifiesta el afán de los creadores por fusionar lo clásico con lo moderno.
Si la elección de personaje recae sobre don Santiago Carrillo la cosa varía de forma verdaderamente notable. En esta ocasión comenzamos fuera del país, exiliados por un nuevo régimen instaurado por un todopoderoso Manuel Fraga. Las fuerzas del orden son seres despiadados, entrenados para oler el rojerío allá donde se encuentre. Nuestra primera misión es atravesar la frontera, para posteriormente ir iniciando poco a poco una revolución. Tampoco será fácil superar los obstáculos que nos encontraremos en esta ocasión. Muchas de las revistas que han tenido opción de testear la historia coinciden en que el enfrentamiento contra un robótico Pío Moa es uno de los más difíciles y apasionantes a los que han hecho frente en sus vidas.
Pero a pesar de estos apasionantes planteamientos, este título también presenta alguna algún aspecto negativo. Uno de los pocos defectos que encontramos es que las opciones de personalización de los personajes son más bien escasas, básicamente se reducen a 4 tipos de vestuario: elegante, militar, sport e imperial, en el caso de don Manuel y elegante, jornalero, casual y Sharp, en el caso de don Santiago. Sin embargo, desde un punto de vista más positivo, las posibilidades que ofrece a la hora de desarrollar habilidades es casi infinita. A modo de sumario comentaremos las más interesantes de cada uno de los personajes.
Don Manuel Fraga Iribarne.
Habilidades:
– Grito de furia: Don Manuel eleva su puño, mira al cielo y al grito de “La calle es mía” golpea con fuerza el suelo, provocando un severo terremoto que acaba con los descamisados de turno que haya cerca, sean enemigos o no.
- La ira: Enfado que aumenta en 2 puntos el daño causado a los enemigos. En el siguiente vídeo podemos ver esta habilidad en acción.
– El efecto Palomares: Don Manuel se rocía a sí mismo con un cubo repleto de residuos nucleares y durante un tiempo, que variará en función del nivel de experiencia adquirido, no puede sufrir daño alguno por parte de sus enemigos. Los efectos secundarios son que sus movimientos se vuelven considerablemente más lentos y torpes. Se rumorea que los programadores han incluido una pequeña broma, y al realizar alguna misión especial secreta don Manuel adquiere la forma del concursante Palomares, de Gran Hermano, durante el tiempo en que el la habilidad está activa. Muchas críticas ha recibido este hecho desde sectores muy opuestos: desde los más conservadores se considera que esto resta credibilidad al desarrollo de la historia, y desde los más televisivos se echa en falta la presencia de Julito junto a Palomares.
– Detrás de un gran hombre…: Para conseguir este poder debemos realizar la misión ‘Una, grande y libre’, en la que debemos rescatar a la esposa de don Francisco Franco Bahamonde de las garras de un fiero dragón, que posee la forma de la U.R.S.S. Una vez hecho esto, podremos invocar a la mismísima Carmen Polo si tenemos el maná suficiente, y ella nos ayudará durante los combates sugiriéndonos cúal es el mejor ataque para derrotar al enemigo al que nos enfrentemos.
– Carisma: Contra lo que suele ser habitual, en este caso don Manuel obtiene la capacidad de no ser entendido por nadie. Cuando se alcanza un nivel de experiencia determinado hablará como en el vídeo que se adjunta a continuación, lo que hará que el interlocutor desista y nos dé la razón en todo.
Don Santiago José Carrillo Solares.
– Humo sinuoso: Don Santiago abre la boca y una densa humareada emana de ella. Afecta a todos los enemigos que haya a su alrededor, que mueren poco después debido a un cáncer de pulmón.
– Sigilo: Con esta técnica don Santiago consigue pasar desapercibido allá donde quiera ir. Llegado a un nivel de experiencia suficiente se alcanza la perfección, pertrechándose con una barba postiza y una peluca.
– Insulto de poder: Don Santiago emite una serie de insultos que hacen aumentar su fuerza en varios puntos. Como en anteriores ocasiones, de la experiencia previamente adquirida dependerá el efecto de la habilidad. Adjuntamos vídeo de ejemplo.
– Labranza: Permite atacar a un número de enemigos en un radio determinado con un arado de cincel vibratorio. El alcance del ataque dependerá del nivel de labranza que previamente hayamos adquirido.
– La Pasionaria: Para invocar a Dolores Ibarruri se requiere de superar una serie de misiones encadenadas, Habilidad especial, se requiere de un elemento difícil de obtener: el maná rojo. Una vez invocada, la Pasionaria como un ser de dimensiones gigantescas que nos ayudará a acabar con los enemigos que se nos presenten.
– Para-cuellos: Detiene el tiempo, a excepción, claro está, de don Santiago, durante 10 segundos. Especialmente útil para apilar enemigos y ejecutarlos con velocidad.
Poco más podemos contar de momento al respecto. Solo añadir que no se sabe nada de la versión multiplayer, aunque realmente no creemos que sea necesaria. Quien quiera disfrutar de esta modalidad tan solo tiene que acudir a cualquier diario digital y leer los comentarios de los lectores en cualquiera de las noticias relacionadas con la muerte de don Manuel y tomar partido por uno y otro bando. Lo de capturar la bandera quedó anticuado. Creced.
(Ilustraciones de El Otro Samu.)
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