¿Cómo diablos no conocía a esta chica antes? En efecto, la pregunta que todos nos hacemos al descubrir el trabajo de la artista Maya Pixelskaya. Todo un torrente de creatividad y pasión por la pintura y el dibujo, amor por los videojuegos y sentido del humor. Su representación de carteles cinematográficos en su propia uña, zapatillas Converse homenaje a los videojuegos de toda una generación o ilustraciones le han puesto en el mapa de los jóvenes artistas españoles sin prejuicios de rendir tributo a la cultura pop e internet. Charlamos con ella sobre sus propuestas artísticas, referencias y trabajos cinematográficos. Cómo no personajes que amamos como Hans Topo o el Kani amoroso “Te quiero Palomita” acabaron entrando en nuestra conversación.
En tus obras abundan los homenajes y referencias constantes a la cultura pop, internet, el ocio digital y en especial la industria del videojuego clásico. ¿Cuándo comienzas a sentir atracción hacia estas líneas temáticas?
La cultura pop e internet me han influenciado como a cualquier hijo de vecino, pero el mundo de los videojuegos es uno en el que me he movido casi desde que estaba en pañales. Su potencial como motivo artístico lo descubrí, como es natural, cuando esa época dorada pasó y yo ya era una preadolescente que echaba de menos los píxeles. Comencé de la manera más inocente; era la típica que se compraba la Superjuegos y demás revistas con ansia para ver si me habían publicado el dibujo de turno. Anda que no gasté en sellos…
Una simple búsqueda de los términos “Retro game artist” en google denota tu presencia mediática en internet como uno de los nombres más importantes a seguir en los próximos años. ¿Podrías definirnos qué es para tí el el “Retro game Art”? ¿Te interesan la propuestas de otros retro game artist alrededor del mundo?
Me alegra que Google me reconozca como Retrogame Artist, porque… ¡me inventé el término! No dudo que exista gente que haga lo mismo que yo, pero el caso es que me bauticé como me vino en gana. Cuando mi producción empezó a hacerse más seria, llegó un momento en que tenía que autodenominarme de alguna manera. Pixel Artist era lo que más encajaba y la manera en que se referían a mí en internet, pero yo no hago Pixel Art en el sentido estricto. Para empezar, el 99’9% del Pixel Art es digital, y yo sólo uso el pincel, y etiquetarme así le quita toda el sentido a los formatos que empleo, que son lo que más me define. Calificarme yo misma de “artista” me parecía una generalización y ante todo una fanfarronada, así que escogí Retrogame Artist para especificar un poco. Que esto me ponga en lo alto de los resultados de búsqueda le da un +1 a mi profesión inventada. Creo que el Retrogame Art es escoger el videojuego retro como centro de una producción artística; para mí es una inspiración como para otro puede serlo un paisaje. Respecto a otros Retrogame Artists por el mundo, desde luego que me interesa lo que hacen, hay cosas increíbles. Recuerdo sobretodo una iniciativa en la que varios artistas tomaron videojuegos de última generación e imaginaron cómo hubieran sido en los 80 y 90; ¡impresionante!
En tu trayectoria encontramos colaboraciones con estudios de animación, ilustraciones para diversas publicaciones, customización textil… el dibujo y las artes plásticas vertebran todas ellas. ¿Qué significa el dibujo para ti?
Lo significa todo; a quien le guste dibujar comprenderá lo que es entrar prácticamente en trance durante horas mientras tu mano se mueve por el papel.
Haz memoria para nosotros, ¿cuál es el primer recuerdo que tienes de tí, dibujando?
Yo era una niña a un lápiz pegada; mi madre cuenta que siempre llevaba un cuaderno en el bolso para tenerme entretenida y callada en cualquier situación. Me compró mi primer cómic a los dos años, cuando aún me quedaban otros dos para poder leerlos, así que mi único afán era dibujar así. Realmente no me recuerdo de otra manera que no sea dibujando.
Podemos observar ilustraciones tuyas en el videojuego “Bye Bye Brain” de Weekend Game Studio. ¿Te gustaría llevar a cabo más trabajos artísticos en la industria del videojuego?
¡Me encantaría, claro está! Aunque hay fieras del concept art ante los que me arrodillo. Creo que lo que mejor haría es diseñar el merchandise, que suele ser muy flojo.
Entre los clientes de tus obras encontramos a Ron Gilbert, Tim Shafer o Bill Plympton. ¿Cuál es tu relación con los creadores a los que sueles rendir homenaje y cómo has ido contactando con ellos?
La verdad es que nunca hubiera imaginado que esa relación fuese a existir, y mucho menos que fuera tan buena. El primero en contactar conmigo fue el animador Bill Plympton tras ver mi corbata de Idiots & Angels, que llevó puesta a la gala de los premios Annie. Tim Schafer mostró mi trabajo en ArtFutura, y cuando le escribí para agradecérselo me invitó a conocerle a sus oficinas de Double Fine, ¡fue un sueño hecho realidad! Ron Gilbert me encargó una corbata de Monkey Island. Todos ellos han sido simpatiquísimos conmigo, hemos mantenido el contacto y me han hecho regalos increíbles. También tengo contacto con Jordan Mechner, a quien le gustaron mucho mis corbatas de Prince of Persia, y con Brian Moriarty, a quien envié una de mis chapas de “Ask me about Loom”. Es muy gratificante que los creadores de los juegos y películas en los que me inspiro valoren mi trabajo.
La industria de la animación española no deja de depararnos éxitos alrededor del mundo. Junto a “Chico y Rita” de Fernando Trueba, otro de los éxitos de la temporada ha sido “Arrugas” de Ignacio Ferreras nominada al Premio Annie a la mejor película animada. Cuéntanos tu experiencia en el equipo de animación de la película.
Trabajar en Arrugas fue un golpe de suerte; llegar con tu portfolio a un estudio de animación y que te cojan justo al empezar un largometraje así, es un privilegio. Aprendí mucho de la industria y me hice experta en dibujar ancianos. También fue genial trabajar en un entorno laboral en el que puedes poner a Wendy Sulca o Tito MC como hilo musical.
¿Cuáles son los estudios de animación que más sigues y los títulos que más te han cautivado en los últimos años?
Sigo a Pixar como todo el mundo, y a quien no le haya emocionado Toy Story 3 no merece vivir. Pero yo soy una defensora acérrima de Dreamworks, que aunque es un estudio más desigual en sus resultados, cuando hace algo bien, se come a toda la competencia. Veo Madagascar 2 con regularidad mientras trabajo, me parece una obra maestra, y clásicos como La Ruta Hacia El Dorado o El Príncipe de Egipto no tienen nada que envidiar a Disney (además con producto nacional del gran Carlos Grangel). Otro estudio que me sorprendió recientemente fue precisamente este gigante, que después de ese despropósito que es Tiana y el Sapo se sacó de la manga Tangled, donde volvió a brillar Glen Keane. Un clásico Disney en toda regla. No puedo olvidarme tampoco de la que se convirtió al instante en una de mis películas favoritas: Coraline. Tengo debilidad por el stop motion, y en consecuencia por Henry Selick. Con esta misma técnica también me encantó Mary and Max, que por una vez no trata a los enfermos de Asperger como superhombres.
¿Y en cuanto a la industria del videojuego?
Tengo debilidad por la saga Assassin’s Creed. Una de mis pasiones es la Historia, y estos juegos se la pasan por el forro de una manera irresistible: saltar a la hogera a asesinar a Savonarola ha sido un hit en mi vida. Otros juegos que me han conquistado en los últimos años son Splinter Cell: Conviction, Alan Wake, Costume Quest, L.A. Noire, Castle Crashers… También juego bastante a Left 4 Dead 2, aunque he de reconocer que en el multijugador online soy un poco troll. Si os encontráis a una Rochelle que os tira cócteles molotov a las piernas, probablemente sea yo.
Tus zapatillas Converse customizadas con homenajes de todo tipo, desde El Día del Tentáculo hasta Street Fighter han dado la vuelta al mundo. ¿Qué modelo es al que tienes más cariño?
A las primeras que hice, las Converse de Mêlée Island. Fueron para un regalo y son las que me dieron a conocer, así que tienen mucho valor sentimental.
A través de tu web, Facebook y Twitter llevas a cabo un diálogo internacional con tus seguidores y clientes alrededor del mundo. ¿Qué supone Internet para ti en tu carrera profesional?
Internet para mí supone, por ejemplo, que ahora mismo me podáis estar entrevistando. Sin este medio sería casi imposible darme a conocer, y por ello estoy agradecidísima por haber nacido en esta generación. También tiene su lado negativo, claro está; hay mucha más competencia (un paseo por DeviantArt puede destruir tu autoestima), y también mucho más plagio. Ya he encontrado más de una copia de mi trabajo haciéndose pasar por original, pero es halagador.
¿Qué opinión te merece la escena artística contemporanea? ¿Cuáles son los/as artistas del panorama actual que más han llamado tu atención en los últimos años?
La Historia del Arte es uno de los temas que más me gustan y sobre los que más leo, pero reconozco que el arte contemporáneo es mi asignatura pendiente. Formo parte del grueso de los visitantes de ARCO, los que van todos los años a ver si se enteran de algo y terminan desconcertados. Sé que a mucha gente le parezco una gañana por ello, pero este año vi obras como una cafetera quemada, una caja de cartón pintada de verde… y una fotografía de alguien esnifando cocaína sobre un pene, entre otras. También recorría la feria un artista enfundado en un maillot que le cubría hasta la cara a lo zentai japonés, y que se tiraba en el suelo de vez en cuando entre los visitantes, todo como muy profundo y para que meditásemos. Hay excepciones, claro está, y obras que me parecen maravillosas, pero en general el regusto que me suele dejar el arte contemporáneo es el de haber visitado una feria, en el sentido estricto de la palabra. Soy una antigua en esto del arte, y reconozco que si no veo mérito técnico, es difícil que me guste la obra. La ilustración es otro cantar. El panorama de la ilustración actual es increíble, Internet ha hecho salir a la luz tanto talento que es abrumador. En lo alto del podio para mí está James Jean, el autor de las portadas de Fables. También sigo de cerca a Artgerm, Adam Hughes, Erwin Madrid… Éste último es además concept artist en Dreamworks, lo cual me reafirma en que la gran mayoría de los grandes artistas de nuestro tiempo se encuentran ahora en ese campo.
Ahora como es habitual en La Paz Mundial nos gustaría saber tu comentario acerca de los siguientes personajes:
PACO ROCA Un gran artista al que me parezco sólo en una cosa: ambos vivimos en pijama.
HARRY de “HARRY Y LOS HENDERSONS” Siempre creí que era Ron Perlman. IMDB destrozó la magia.
MCLOVIN EL hombre
JAIME ROSALES Una sinopsis ya es mejor que la valeriana.
SALVADOR RAYA Soy de los pocos verdaderamente suscritos a su canal “para estar informados de las noticias de última hora”. Si alguien tiene que manipularme, prefiero que sea él.
JOACHIM PATINIR Amiguete de Durero, aquella exposición del Museo del Prado me abrió los ojos a su obra.
EL “INVISIBLE BIKE” LOLCAT Clásico donde los haya; antes deseaba un gato para darle amor, ahora lo necesito para convertirlo en lolcat.
HANS TOPO ¡Es como besar un cacahuete!
JULIAN CASABLANCAS El pobre quiere ser Pablo Maqueda y no puede. Sólo me gusta su colaboración con The Lonely Island.
EL KANI AMOROSO “TE QUIERO PALOMITA” Un soplo de aire fresco en YouTube; tras la época dorada de los canis en 2007 (Fran Despegando, los Lokos de Valde…), se echaban de menos vídeos como éste. Mazo besos con mazo sentimiento.
Una gran entrevista a una gran artista OU YEAH.
Arte mágico!!