En PORN STAR, semiolvidable y descaradamente parcial documental a mayor gloria de un lavado de imagen de Ron Jeremy, había, al menos, una secuencia de interés: aquella en la que el orondo actor de hardcore, en la soledad, dejaba de hablar de cómo follaban sus actrices y recordaba con melancolía a una chica a la que fue incapaz de conquistar. En AFTER PORN ENDS, la película de Bryce Wagoner que ahora describe las vidas de grandes estrellas de porno después de sus años de fama salvaje, hay también una secuencia similar que provoca un parejo estremecimiento: Randy West recordando una cita con una de sus compañeras de reparto, en la que a ambos les dio corte pasar a mayores.
El documental de Wagoner parte de una feliz idea y es una pena que luego sea profundamente irregular, aunque puede que esto también sea inevitable. En un primer lugar, por sus ausencias: a mí me habría encantado ver desfilar por aquí a Annie Sprinkle o Sharon Mitchell, ahora convertida en doctora de un centro para la prevención de enfermedades venéreas. Para compensar tenemos sorprendentes intervenciones de Asia Carrera, Richard Pacheco, Nina Hartley, Amber Lynn o John Leslie, que falleció poco tiempo después de conceder sus entrevistas. El punto de vista a veces es confuso y el conjunto decididamente abigarrado: de la reivindicación de los actores porno como seres humanos antes que objetos sexuales se pasa alegremente a un desfile de vejaciones y traumas que en la mayoría de los casos conducen irremediablemente al comercio con el propio cuerpo, dando a veces la intención de material poco organizado. Los breves rótulos finales, en los que nos cuenta el futuro de cada uno de los protagonistas, sí aportan algo de luz, e inciden en que la imposibilidad de hallar claves y de hacer generalizaciones se encontraba en la base de la propuesta. Otra cosa es que esta misma dispersión en las historias acabe a veces jugando en contra del ritmo expositivo. A uno le habría gustado que sus autores hubieran tenido la claridad de ideas y la ambición narrativa de Bailey y Barbato en la fundamental INSIDE DEEP THROAT (2005). Comparada con aquella obra maestra (o con cualquiera de los capítulos del fabuloso libro El otro Hollywood), este entretenida peliculita no es más que una anécdota, un aceptable complemento a pie de página.
Inside Deep Throat es una maravilla, eso es un hecho.
Yo soy más benévolo con Porn Star, dentro del autobombo que supone la peli es un film ciertamente con un poso triste que acompaña a Jeremy desde hace bastantes años.
Habrá que ver esta, por mera curiosidad.