Entrevista a Canódromo Abandonado: “Ni nos drogamos ni vamos de nada”

Atención: perseguimos la concisión, la generalidad y la cercanía. Así que perdón por el torrente de lugares comunes y caminos ya transitados. No vamos a descubrir Plutón con ninguna entrevista, al menos no en la Paz Mundial. Canódromo Abandonado (un nombre entre apocalíptico, chiripitiflaútico y festivamente desolador) es un grupo que (oh sí) hace algo cercano al humor.  A decir verdad, no está muy claro que lo que hagan sea humor, pero sí que son un grupo. Dos chicos y una chica, para ser exactos. Dos de ellos venían del stand-up, el otro -uno de los chicos- era, y supongo que continúa siendo, músico. Ahora básicamente escriben cosas en Internet y suben vídeos a Youtube.  Tienen referentes serios y molones y ellos son muy simpáticos, accesibles, humildes y, dentro de lo que cabe, bastante normales, dicho esto como elogio. A veces tienen gracia pero cuando no la tienen son incluso mejores. Y qué más… ah, sí, puede que estén haciéndose un lugar dentro de algo, no sé muy bien qué, o puede que vayan camino de convertirse en malditos y que únicamente el tiempo les coloque en un lugar privilegiado… en cualquiera de los dos casos, se lo merecen. Cuentan con una gran capacidad para irritar y para entusiasmar; dos cosas que llegan fácilmente a extremos absurdos y deliciosos en la era Internet. A mí supongo que me gustan, y por eso quise entrevistarles. Ah, y sobre todo porque han hecho una película fantástica -no necesariamente de género fantástico, pero sí estimable, portentosa, excepcional… vamos muy interesante-:, “La tumba de Bruce Lee”. Una de las joyas ocultas de 2014 o de 2013. O de ambos años. Ahora pasamos a hablar de ella.

No hay ninguna explicación lógica para ello, pero me da mucha menos pereza ver películas de hora y media que vídeos de Youtube de 3 minutos. Quizá porque estos últimos casi siempre tengo que verlos en la oficina, con una conexión de mierda y rodeado de molestas interferencias. Por eso, mi descubrimiento de Canódromo Abandonado ha sido a través de su película, “La tumba de Bruce Lee”, que debería pasar a los anales como la película de artes marciales más introspectiva y marciana jamás realizada, del mismo que “Diamond Flash” ya suponía el acercamiento más personal y a contracorriente al subgénero de los superhéroes. Lo mejor que se puede decir de esta extraña y brillante fusión de exploitation y arte y ensayo es su firme determinación de no adaptarse a modas y corrientes coyunturales, algo que debería ser inmediatamente vitoreado en un momento en el que las etiquetas se distribuyen con tanta arbitrariedad como ligereza. Pero hay más: queda la valentía inédita y sorprendente de tres muchachos que todavía en estos tiempos siguen entendiendo el humor como el más determinante y coherente acto de libertad, y el mejor arma que tenemos hoy por hoy para acceder a los lugares más inhóspitos y vírgenes de la misma comedia. Y lo de menos es que el viaje -o el poso que deja finalmente- nos encuentre las cosquillas.

CANÓDROMO ABANDONADO vistos por JOAQUÍN ALDEGUER

Nunca he hecho una entrevista a tres bandas. Bueno, seremos cuatro contando conmigo.  ¿Se os ocurre alguna idea sobre cómo empezar? O al menos alguna forma de complicar aún más la cosa…

Empezaremos pidiendo perdón por haber tardado tanto en contestar. ¿Quiénes nos hemos creído que somos?

Dos de vosotros venís de la escena del stand-up madrileño. ¿Cómo resumiríais vuestra experiencia? ¿Siempre tuvisteis claro que queríais hacer humor? ¿Y siempre tuvisteis claro el humor que queríais hacer, o existe un camino, un proceso, lleno de interferencias y referencias cruzadas, hasta llegar a la que podría llamarse vuestro estilo actual?

El paso por el monólogo fue muy frustrante. No había mucho feedback (monetario o de “reconocimiento”), sólo interminables borracheras, ambiente de circo, atrofia. No siempre quisimos hacer humor. Fue algo accidental, como resbalar en una piel de plátano: Lorena viene del teatro y la escena de la televisión regional, y Julián iba para profesor de filosofía, pero en el último momento se acobardó. Es raro estar hablando de uno mismo en tercera persona; o no (ninguno de nosotros estaba destinado a dedicarse al humor, pero igual hemos acabado haciéndolo por una incapacidad de hablar en primera persona, de estar 100% de acuerdo con nosotros mismos). En cuanto a lo del camino: empezamos apropiándonos del lenguaje disponible, el rollo Paramount. Era inevitable, pero no nos sentíamos cómodos, y se nos notaba. Cada cual a nuestra manera intentábamos diversificarnos, con pequeñas puestas en escena, literatura borderline, cosas que nos hacían muy antipáticos para los demás cómicos. Sobre todo nos horrorizaba la obligación de repetir una y otra vez el mismo monólogo (que es la única forma de llegar a tener un buen monólogo). Teníamos muchas referencias de cómicos que nos gustaban, extranjeros y demás, pero sobre todo de lo que no queríamos, ni podíamos hacer: humor gracioso, humor suelto, humor con duende. Suena muy mal todo esto, ¡o no! Aún seguimos buscando un estilo, una voz propia (pero sabemos que la realidad está doblada, y eso es imposible).

 

¿De dónde surge el nombre de Canódromo abandonado? Me hace gracia tratar de imaginar nombres alternativos… ¿Podríais decirme unos cuantos, los que recordéis?

Hace tres años Lorena y Julián cruzaron una serie de mails sobre lugares deprimentes, por alguna razón. En el número uno estaban los canódromos abandonados (nunca hemos estado en uno). No estábamos buscando un nombre porque no estábamos haciendo nada todavía; simplemente nos pareció que, de hacer algo, tendría que llamarse así. Nunca se nos ocurrió llamarlo de otra forma. Pero ahora que lo dices se nos ocurren otras opciones: “Chester también es amigo mío” (inviable, demasiado largo), “Papá Quemaduras” (bah), o algo con “rodillas” (bien).

En el momento en que decidís ir por libre, haciendo vídeos de humor y subiéndolos por vuestra cuenta, no tardáis en encontrar fans y simpatizantes. Un ejercicio rápido: tratad de imaginar un mundo sin twitter, blogs y Youtube. ¿Qué habrían hecho entonces los miembros Canódromo Abandonado? ¿Se habrían dedicado a escribir libros, habrían continuado en el stand-up, habrían dado el salto mucho antes al cine? ¿Estaríais ahora igual de unidos, más unidos, más separados, totalmente separados…?

Separados, y enfadados por no habernos conocido. Lorena organizaría cenas de empresa. Aaron tendría una barba de folk hasta el suelo. Julián sería alcohólico y diría que está escribiendo un libro (¡mentira!). Sin Internet no habríamos llegado a la gente que nos ha dado a conocer un poco, Noguera por ejemplo; de hecho, sin él (sin el teaser que hicimos con él) nunca habríamos conseguido el dinero para hacer la película, y no estaríamos contestando a estas preguntas. Por otro lado, todo Internet es arte involuntario, arte por gracia divina: cualquier vídeo sobre ventiladores, instrucciones para fabricar un puño americano casero, etc. tiene un poder de fascinación que nosotros no podríamos conseguir voluntariamente. Internet nos hace ser conscientes de que somos demasiado conscientes como “creadores”, así que una de cal y otra de arena.

 

Me imagino que os sentiréis cómodos en el momento que os ha tocado atravesar, coincidiendo en el tiempo con nombres con Juan Cavestany, los Venga Monjas, Joaquín Reyes o Miguel Noguera. ¿Os imagináis en otra época? ¿Habría sobrevivido Canódromo Abandonado a una subasta del Un, dos, tres, por ejemplo, o al equipo fijo de un espectáculo de El Molino?

Somos muy afortunados. En el caso de Julián y Lorena, después de ver a Noguera nos pareció impensable seguir haciendo stand-up (ha reventado el género), y eso nos animó a probar otras formas de expresión: primero la radio, y luego el vídeo tercermundista. Después de ver “El señor”, de Cavestany, nos creímos capaces de hacer una película. Luego Pablo Hernando hizo “Cabás”, nos dio mucha envidia y tuvimos que hacer “La tumba”. Sin toda esta gente, no estaríamos aquí ahora (en tu blog).

 

¿Cómo definirías vuestro humor? ¿O sentís cómodos con etiquetas como posthumor, alternativo, underground, independiente, elitista, inteligente? Con cuáles no y con cuáles sí.

Igual “humor humor”, como cuando dices “café café” (el esencialismo español), o el programa de televisión “Vídeos vídeos” (el vídeo como lo segundo mejor después de la carta de ajuste, el vacío). Humor pufo, humor vacío, humor piramidal. Aún nos estamos planteando si nos sentimos cómodos con la etiqueta “humor”, así que es difícil asumir ninguna de las otras etiquetas. Lo que queremos decir es que no vamos de nada (nada de elitismo ni de inteligencia), y no nos drogamos (mucha gente nos pregunta quién es nuestro camello).

¿Cómo preparáis los vídeos? ¿Hay reuniones de brainstorming entre vosotros o todo es mucho más espontáneo?

Casi nunca es espontáneo; no nos fiamos de nuestras ocurrencias, y además somos muy lentos e inseguros. Hacemos “brainstormings”, pero con los deberes hechos: por lo general, uno de los tres trae una idea de la calle. Todo asomo de espontaneidad se diluye en la edición.

En Una risa nueva, Jordi Costa sienta las bases del posthumor. Por un lado habla de extrañamiento y desconcierto pero también de provocación, como cuando dice aquello de que en España es necesario orinarse en la tumba de Azcona. ¿No os parece que estos momentos el posthumor español, demasiado cómodo en los moldes del arte y ensayo, ha olvidado demasiado rápido su potencial subversivo, esa faceta de incomodar e irritar a la gente normal? Polemizad a vuestro gusto.

No tenemos muy claro qué pretendemos con esto (suponiendo que lo que hacemos es posthumor). En todo caso, las primeras víctimas del extrañamiento y el desconcierto de los que hablas somos nosotros. No queremos incomodar o hacer reflexionar a nadie; como mucho, inquietarnos y escorarnos a nosotros mismos. Ése es nuestro lugar de confort: un puf en lo alto de una pirámide. Es lo único en lo que se equivocaron los egipcios. No podemos opinar sobre lo que hacen los demás, y somos demasiados como para tener ideas claras sobre lo que hacemos en general; pero “arte y ensayo” no suena tan mal. “Arte y ensayo y error”. ¿Qué hay de malo en querer equivocarse? Además, la gente ya está incómoda y alienada. ¡Dejémosla en paz!

La tumba de Bruce Lee está rodada en Seattle, lo que aumenta su halo de melodrama o tragicomedia indie…  ¿Cómo surgió la idea de iros a rodar allí, y hasta qué punto ha merecido la pena, al margen de la experiencia personal?

Aparte de que la película tenía que hacerse en Seattle (Bruce Lee está enterrado allí, y la tumba tenía que aparecer), el hecho de estar lejos, de no estar en nuestra salsa, haciendo algo que no habíamos hecho nunca, nos ayudó a desarrollar la atmósfera enrarecida que buscábamos: la búsqueda de los personajes de la película era nuestra propia búsqueda (de sitios donde rodar, o cómo coño colocar el trípode). El hecho de estar incómodos nos ayudó a salir de nosotros mismo. Bruce Lee era un pretexto, pero necesario. El aspecto indie no era algo buscado, pero nos convenció. Nos pareció que el aspecto “mono” lo hacía todo más llevadero para el espectador.

La película realiza un recorrido muy similar a la celebrada Diamond Flash de Carlos Vermut: partís de un planteamiento de puro exploitation para llevarlos a los caminos introspectivos del arte y ensayo, y en el momento final regresáis los códigos del género como si todo hubiera sido una gran broma. Esto la convierte en una película muy personal, ya que no solamente que homenajea al cine de artes marciales, sino algo más complejo, como una mirada muy particular sobre una serie de arquetipos que el cine ya ha mitificado…

¡Gracias! Admiramos mucho a Carlos Vermut. En nuestro caso, el aspecto “explotación traviesa” era casi inevitable, porque el propio género de la “Bruceploitation” es muy problemático, inherentemente “meta” o “post”. En este tipo de película basada en la premisa de que Bruce Lee (el personaje) va más allá de Bruce Lee (el hombre), hay toda una reflexión implícita sobre el cine: el cine como algo mucho más serio e importante que la vida, hasta tal punto que no importa que Bruce Lee haya muerto, hay que seguir haciendo películas “de Bruce Lee”. Y los personajes de la película, y toda la ciudad de Seattle, viven en esa fatalidad. El individuo no es nada, el género lo es todo.

Sé que os gusta mucho el giallo, pero de las películas de artes marciales … ¿realmente sois fans, o sólo se trata de una excusa argumental? ¿Cuál es vuestra película de artes marciales favorita? ¿Cuál es vuestro falso Bruce Lee favorito y vuestra leyenda sobre Bruce Lee preferida?

Julián es un fan (el nombre chino de Bruce Lee es “jun fan”) sincero. Había un poco de excusa, porque, si Aaron no hubiera sido de Spokane (cerca de Seattle), jamás se nos habría ocurrido hacer esta historia sobre Bruce Lee. Y el concepto de “Bruceploitation” es increíblemente jugoso y desconcertante, seas o no fan de Bruce Lee. Últimamente nos ha flipado “The Raid”; de las antiguas, “La flauta silenciosa”, referenciada en nuestra película (“Si atas dos pájaros, tienen cuatro alas pero no pueden volar”). Clon favorito de Bruce Lee: James Franco. Leyenda preferida, medio recordada, medio soñada: la que sale en la película. Al parecer, de adolescente era sonámbulo y se peleaba con las cortinas de su dormitorio.

Me gustó mucho que, en la presentación de la película en el Cinemad, aludierais a “The room” como paradigma de la película disfuncional. A mí “La tumba…” también me parece una película disfuncional, al margen de que no sea, evidentemente, una comedia al uso, sino porque, a decir por un amigo, consigue llevar al espectador a parajes extraños e inesperados… Creo que la película tiene la virtud de explorar derroteros distintos y apuntar cosas muy diferentes a algo que tenga las etiquetas de low cost, indie o posmoderno, y eso es francamente sorprendente y muy positivo. ¿Fuisteis conscientes desde el primer momento que teníais entre manos un artefacto muy especial, y por tanto, tan condenado a malinterpretarse como a provocar incomodidad e irritación? ¿Cómo fue la posproducción? ¿Hubo añadidos, remontajes, etc… hasta dar con el resultado final?

¡Gracias! Más o menos, lo que nos planteamos es lo que hicimos, independientemente de las etiquetas que pudieran pegarnos luego. “Low cost” es, por definición; “indie”, por localización, y porque nos interesa este tipo de personaje bloqueado, distraído, inmaduro, un poco roto y sin blanca (“broke”). Lo de la irritación lo lamentamos; ojalá no fuera así. La película es muy vulnerable; más que irritación debería provocar lástima, como un pájaro herido. Un pájaro sin dinero. La posproducción fue una putada, por el dinero, otra vez: necesitábamos un ordenador potente para montar, y el sonido que grabamos era repulsivo, y hubo que adecentarlo muchísimo (aprovechamos para dar las gracias a Raúl Barrantes, que retocó el sonido). En cuanto a remontajes, sí que eliminamos una escena porque mucha gente de confianza nos lo sugirió.

 

La siguiente no es una pregunta. Os felicito por interpretar vosotros a los tres personajes protagonistas. Estáis maravillosos y vuestras interpretaciones dan a la película un aire mucho más cercano, cálido y auténtico. ¿Cómo surgió la iniciativa? ¿Qué críticas habéis recibido? (Estas dos sí son preguntas).

¡Gracias! Era necesario que fuéramos nosotros: no teníamos dinero para llevar a más gente, ni tiempo para entrenarlos. Además, la experiencia de los vídeos nos ayudó a comprender lo que podemos sacar de cada uno, y en general a estar naturales los unos con los otros. Las críticas son de dos tipos: o somos muy naturales, o no sabemos actuar (salvo Lorena). Estamos de acuerdo con las dos lecturas. Hay que decir que, en muchos casos, molesta que los tres lo hayamos hecho todo, en vez de especializarnos cada uno en lo suyo. La especialización es un rasgo de madurez muy deprimente.

También habéis contado con la colaboración de Pablo Hernando. Creo que si existe una película que tenga algo que ver con La tumba de Bruce Lee, más incluso que Diamond Flash, sería Cabás… Ambas películas a veces parecen hablar un lenguaje muy parecido, y brillan particularmente en las  escenas realistas de interiores…

¡Gracias! Admiramos mucho a Pablo, y nos sacó de más de un marrón, aún hoy (nos hace los BluRays para los festivales). Es inevitable que “Cabás” nos haya influido. Somos prácticamente la misma persona que Pablo Hernando. Su película es más profesional, en el buen sentido, y sí es brillante en las escenas de interior (no sólo, eh). La nuestra se defiende más en las exteriores, creemos.

Escoged la crítica de “La tumba de Bruce Lee”, positiva o negativa, que más os guste:

A)     Una aproximación honesta, sentida y sentimental al espíritu inconformista y ácido de Gervais, Morris o David, parcialmente frustrada por la falta de medios.

B)      Salvable la actuación de Lorena Iglesias. No la vean (Filmaffinity)

C)      Previsible resaca de las obras maestras de Vermut, Padial o Cavestany, sólo apta para completistas y valientes.

D)     Así como Cosmos fue la respuesta de Gombrowitz a la novela negra, ésta podría ser la intrigante interpretación de los iconoclastas Canódromo Abandonado al cine de furia oriental… Una destilación de esencias contrapuestas que aspira a deconstruirse y a evaporarse pero que, contra todo pronóstico, logra dejar huella.

E)      Hipnótica, descompensada, fresca, visceral, extraña y desasosegante. Una de las películas más personales y necesarias del año.

F)      Obra maestra.

La referencia a “Cosmos” es el mayor piropo que podrían hacernos, pero ya existe una versión (buenísima), “Signs and Wonders”. Nos gustó y nos dolió una crítica que nos condenaba al “ostracismo” fuera del circuito del cine raro (Sitges). Muchas de estas críticas que mencionas (las buenas) son inventadas, pero gracias. Las críticas malas nos sientan muy mal, porque, aparte de meterse con nuestra incompetencia, nos prestan intenciones que no teníamos. Ningún niño tiene la “intención” de ser un niño.

Habéis estado en Sitges, Alcalá, Cinemad… ¿Qué os plantéais hacer en 2014 con la película? ¿Algún otro festival, Filmin, un estreno convencional? Y lo más importante… ¿volveríais a meteros en una aventura como ésta?

Ahora mismo estamos en Filmin provisionalmente, en el Atlántida Film Fest. Haremos un estreno “convencional” (alquilando una sala) para los que nos donaron. Y sí, queremos hacer más películas. Idealmente, sólo películas.

 

 

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