La ‘it girl’ wannabe, esa chica

En muchas de esas revistas modernas y gratuitas que se amontonan en peluquerías que parecen bares, encontramos ‘it girls’ locales o, incluso, nacionales, que nos guiñan un ojo llenísimo de pestañas. Preguntar quién es esa chica es muy de paleto, porque por supuesto ella es simplemente ella, y por eso está ahí.

Surgidas de las webs más coloridas, con anuncios de Urban Outfitters y American Apparel, o de ese engranaje social que forman los estilistas y diseñadores gráficos de las capitales patrias, estas muchachas son jovencitas cuyo triunfo personal consiste en un cuidado estilismo, un cuerpo andrógino, padres progres y generosos, y una gran capacidad como arquitectas sociales: de día es esa monada excéntrica y guapa que camina por la calle, mientras las grises almas que la ven se preguntan ‘¿esta chica en qué trabaja?’; de noche, es la reina de la pista, la nínfula impenetrable -en todo el esplendor de la palabra- que las demás mujeres observan, envidian, y critican desde lejos; y que los hombres mantienen en el rabillo del ojo toda la noche, fantaseando con la idea de invitarla a un gin tonic, y que ella diga sí. Han llegado y no importa mucho a dónde, están ‘ahí’, y durante cierto período de tiempo, recibirán todo tipo de ofertas de trabajos remunerados, como modelo-actriz-cantante-bloguera.

No, por mucho que lo intentes, nunca serás como ellas, porque ellas no tienen vello corporal, no necesitan exfoliarse, siempre les brilla el pelo, la raya del ojo les sale perfecta, y llevan todas esas prendas imposibles que encuentras en las tiendas, cuya existencia parece retarte, sí, todos esos tops, shorts, camisetas oversize, y complementos surrealistas, diseñados solo para ellas. Nunca menosprecies a una ‘it girl’, vivir de molar no es tarea fácil.

Sin embargo, existe otro tipo de mujeres, mucho más interesantes y numerosas, que nunca llegarán a las revistas de tu peluquería, pero que llenan el cibermundo y tu ciudad de color, cosmopolitismo, y últimas tendencias. Son las it girl-wannabes.

Ser un wannabe, querer ser algo y no serlo, pero intentarlo, es la más fantástica de las aventuras. Pregúntale a estas chicas por su vida, acércate a ellas si puedes, verás que son muy conscientes de lo que quieren imitar, crear y lograr, de lo que desean ser, y eso las convierte en seres conmovedores, inconstantes y vanidosos, cuyo propósito de ser inaccesibles está tan a flor de piel, que no existe presencia más tangible que la suya. Al no conseguir trabajos de ‘it girl’, las IG wannabes deben conformarse con ser estudiantes de arte, publicidad o diseño, o las camareras nocturnas más despampanantes y menos empáticas que hayan llevado nunca una bandeja: esas altas y delgadas mujeres de bella mirada que te sirven una copa con asco, y te la cobran con infinito desprecio.

Muchas posan semidesnudas para sus amigos fotógrafos, y hacen enormes cuadros de los rosados clítoris de sus amigas, otras, son fotógrafas y también se fotografían semidesnudas, y fotografían los clítoris de sus amigas, o son modelos de clítoris ellas mismas. Pocas cosas son tan tristes como ver a estas chicas de estudiada desinhibición lejos de una sala vip, en largas colas rodeadas de gente corriente y modernos de medio pelo, obligadas a codearse con personas más feas, más gordas, peor maquilladas, con el pelo más seco, y peor vestidas que ellas. Pero no te confundas porque, a pesar de todo, no son como tú.

Las IG wannabes tienen amigos que consiguen sacarlas de esas interminables colas y alzarlas sobre la masa con sus halagos y sincera admiración, amigos con los que beben y se drogan en afterparties improvisadas en enormes salones de antiguas casas del centro -donde luego dormirán hasta que abra el metro- amigos con animados blogs y formsprings, amigos que son djs, amigos que van al Sónar, amigos que las apuntan ‘en la lista +3’.

Oh, y cómo son, cómo son de sensuales, llevan tatuajes caros, piercings, escuchan grupos de los que jamás has oído hablar, se visten como adolescentes británicas, nunca hacen dieta, no van al gimnasio, beben y fuman, y sus coloridos complementos de plástico, comprados en mercadillos de Londres o en el H&M parecen, en ellas, auténticas joyas. Puede que no te atraigan los largos cuerpos delgadísimos de estas chicas, y prefieras cuerpos más sinuosos repletos de curvas, pero sabes que una noche con cualquiera de estas mujeres, su atención o curiosidad por tu persona, pueden abrirte durante un rato las puertas del cielo.

Hay quien considera que estas flores de un día, o una noche, son unas frívolas descerebradas, no conocen el significado ni la historia de todo lo que les mola, y se comportan como zorras egocéntricas poco apreciativas. Sin embargo, estas chicas saben que lo cool es, muchas veces, ser autoparódico, mientras se sigue siendo cool, y lo llevan a rajatabla, sin ni siquiera ser capaces de definir dicho fenómeno sin colar términos anglosajones, ¿te parece fácil?

Aunque no follen contigo las IG wannabes follan muchísimo, estas mujeres pansexuales se sienten atraídas por personas singulares de salvaje atractivo, desde una jovencita de pelo corto, bailarina de danza contemporánea, hasta un rockero old school, malote y de vuelta de todo, que frecuenta, con gesto descreído, el mundillo del petardeo.

Y no, si piensas que las IG wannabes son modernas-de-mierda te equivocas, ese otro grupo, digamos que ocupa un nivel inferior –pero no por ello menos excitante- que el de estas mujeres, que, aun borrachas y patiabiertas en una acera meada, siguen siendo lo puto más.

2 Comments Already

  1. Veo mucho resentimiento hacia las it girls, por parte de tu persona. O mejor aún ENVIDIA. Más quisieras ser como ellas. Cómprate una vida y deja de escribir gilipolleces.

  2. a mi me ha gustado mucho

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