Best of both worlds: O cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar “High School Musical”

“Viviendo en mi propio mundo, no entendía que cualquier cosa puede pasar cuando tienes una oportunidad”

Troy Bolton (Start of something new )


Parafraseando a Capote en el prefacio de su “Música para camaleones”, comencé a amar los productos con el sello Disney Channel a una temprana edad sin saber que me había encadenado de por vida a un noble pero implacable amo. Y de este modo, de improviso, sin inspirarme en ejemplo alguno, entonces, un día descubrí “High School musical”.

2006. Mi habitación, Madrid. Troy Bolton conoce a Gabriela Montez en un karaoke. Juntos cantan de manera improvisada “Start of something new”.
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2008. Cines cineworld Shaftesbury Avenue, Londres. Una decena de adolescentes entonan la jovial melodía “High School Musical” con sus togas de recién graduados, el telón de terciopelo rojo se despliega. El roll de títulos de crédito comienza a subir. Tres años separan ambas secuencias. Tres años de magia gracias a los bailes de Sharpay y Rian Evans, las sonrisas de Gabriela a Troy, los músculos de Chad Danforth o el piano de Kelsi Nielsen cantando “You´re the music in me
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He de confesar que tras mi tecer pase en cine de High School Musical : Senior Year (Kenny Ortega, 2009) varias lágrimas cayeron con el número musical final. Sabía que no tendría oportunidad de vivir de nuevo esa experiencia en cine, quedando relegada a mi edición en dvd. ¿Os imagináis un ciclo Disney Channel en la Filmoteca española? A las 19.00 Naomi Kawase, a las 22 Sabrina la bruja adolescente. La posibilidad de solicitarla en el buzón de sugerencias del cine Doré es bastante tentadora. Aquel preciso instante durante la proyección en que la emoción recorrió mi rostro cuando Vanesa Hudgens besaba a Zack Efron, un apasionante in crescendo llegaba a su fin. No sólo la saga musical de kenny Ortega, sino toda una generación de productos audiovisuales con los que año tras año Disney había conseguido hacer mi día a día  una experiencia más llevadera.
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¿Qué tienen productos episódicos Disney Channel como Jonas (Michael Curtis, Roger S.H. Schulman, 2009), Hannah Montana (Richard Correll, Barry O’Brien, Michael Poryes, 2006) u Hotel, dulce hotel – las aventuras de Zack y Cody (Jim Geoghan, Danny Kallis, 2005 – 2007) para mantener mis retinas enganchadas a la televisión, comprarme sus dvds o seguirlos online como si del nuevo capítulo de J.J Abrams se tratasen? ¿Qué guardan dentro de sí tv-movies como Diario de una adolescente (Paul Hoen, 2006), High School musical (Kenny Ortega, 2006), High School musical 2 (Kenny Ortega, 2007), Camp Rock (Matthew Diamond, 2008), Camp Rock 2 : The final Jam (Paul Hoen, 2010) para que las continúe viéndolas como un fan loco con el paso de los años y aun continúe escuchando sus bandas sonoras a los 8 de la mañana mientras intento dormir en el metro de camino al trabajo? ¿Merecía la pena disfrutar en 35mm y en pantalla grande Hannah Montana & Miley Cyrus: Best of Both Worlds Concert (Bruce Hendricks, 2008), Jonas Brothers: The 3D Concert Experience (Bruce Hendricks, 2009) o acudir varias veces al cine a disfrutar cual enfermo Hannah Montana : The movie (Peter Chelsom, 2009)? ¿Por qué sigo a las 2 de la mañana de un martes volviendo a visionar el episodio de la primera temporada de hannah Montana (2006 – 2007) en el que Miley tiene que estampar una tarta de merengue sobre su rostro para evitar así que Lilly la descubra?
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Sigo sin saber ofrecerme una respuesta a todas estas preguntas. Y como agravante, a lo largo del camino más razones (Sharpay’s Fabulous Adventure; Michael Lemdeck, 2011) continúan sumándose a una lista, de la que espero que durante muchos años más continúe ofreciéndome tanto entretenimiento, emoción, diversión y evasión como solo Disney Channel ha sabido hacer a lo largo de tantos años.


11 y 7 años eran los años de mis primos. Como cada verano era el mejor babysitter de toda la ciudad y de 7.30 de la mañana a 15.00 eran míos. ¿Cuál era el trato? Sencillo. Ellos respetaban y se tragaban mis 2 horas de Dawson Crece (Dawson´s Creek, 1998 – 2003) y yo sus 2 horas de Disney Channel. Tras el trato comenzaban “Los Simpsons” de 14.00 a 15.00 y aquello era territorio neutral. Durante aquel verano conocí a Hannah. Todavía no sabía muy bien que se llamaba Miley y que no era rubia, sino morena. Mi prima de 11 años me explicó la complejidad de la trama argumental al enganchar con el programa recién empezado.
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- Se llama Miley, y es morena, pero cuando actúa es Hannah, una cantante famosa.
- ¿Y no se dan cuenta en serio que solo lleva una puta peluca?
- No. Es un secreto. Nadie lo sabe. Solo su padre y su hermano.
- Ahhh
Aquella premisa me pareció fascinante. Mas tarde descubrí a Rico. Uno de mis ídolos actuales.
- ¡Qué bueno! Me encanta cuando dice “Muajajajajaj!”
- Pon el capítulo del chiringuito en la playa en el que Jackson tiene que hacer de su esclavo!
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Hoy echo la vista atrás (A mi estantería) y el que se ha comprado las temporadas de Hannah Montana en DVD soy yo, no mi prima.
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5 Comments Already

  1. Tengo 30 años. Hasta el año pasado renegué de ver High School Musical, amparado por excusas típicas como “Es para niñas”. Hasta que una tal Pixelskaya me lo recomendó y cedí. Fue pura magia, amor a primera vista. La historia es la clásica de instituto, un Grease contemporáneo, tocando absolutamente todos los tópicos pero de una manera sublime, casi comparable con “Billy Freud’s Last Night”. Respecto a la banda sonora y coreografía, me quedé hechizado frente a la pantalla sin saber por qué, hasta que vi los créditos: Kenny Ortega. El puto Kenny Ortega mueve la batuta en HSM! Ese hombre sería capaz de hacer que Ismael Serrano fuera Top 1 en las listas de ventas de UK. Así que imaginad lo que hace con un presupuesto inagotable y la “magia Disney”: Todo se resume en “Bet on it” Canela en rama musical, gestos jacksonianos, chulería y letras motivacionales.
    Podría estar eones departiendo alegremente sobre HSM, pero quiero dejar hueco al resto, y conservar mi puesto de trabajo. Solo sé que si Pablo Maqueda tiene la colección en DVD de Hannah Montana, ha de ser por algo, así que… Maileizairus, alla voy!

  2. Oh, yeah! Que viva High School Musical, nunca olvidaré cuando fuimos a ver la tercera a los cines Ideal en V.O. como unos culturetas; ¡cuento con que iremos juntos a ver a Sharpay!
    Yo descubrí la franquicia HSM durante mi verano como becaria en Disney preparando la edición en DVD de Camp Rock; mis compañeros la comparaban con la saga (que sólo constaba de 2 películas por entonces) y yo me sentía perdida, así que me decidí a verla… y bueno, Bet On It sonó en bucle en mis auriculares durante semanas.
    La que no me convenció precisamente fue Camp Rock, fíjate tua… la segunda ni la he llegado a ver… pero es que para mí si no está el hermano de Sharpay no hay aliciente (aún tengo pendiente Dancing Ninja para gozarle).
    Por cierto, una duda: ¿Sabrina era de Disney Channel?

  3. Está muy bien primo! Me ha gustado mucho, sobre todo lo último. No es que te deje un comentario muy bueno pero me alegro de que te hayas acordado de nosotros! Un beso! :)

  4. Un beso Lauri!

    Sabrina es producida por la ABC pero emitida por Disney Channel desde hace años, de hecho hicieron una serie animada que siempre he tenido ganas de ver ;)

  5. Y por supuesto!  Hay que ver Sharpay adventures a muerte! ;-P

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